domingo, 20 de septiembre de 2015

LAOCOONTE, EL PASTOR, LA SERPIENTE Y EL ZORRO

La temática de esta obra mitológica, que simboliza la pugna entre lo enigmático y la impotencia humana. 
Laocoonte y sus hijos
En este caso el castigo es por exhortar a sus compatriotas a no aceptar el caballo de Troya como regalo de los griegos. Los dioses (enemigos) al verse frustrados sus planes de destruir Troya, enviaron gigantescas serpientes que estrangularon al sacerdote y a sus dos hijos.
Trae a colación un relato de un pastor que con sumo esfuerzo removió una enorme piedra (la democracia secuestrada por el terrorismo, la hiperinflación, el Perú era un paria en la Economía Mundial), liberando a una serpiente en peligro de muerte de su encierro en una cueva, ésta una vez liberada mordió la mano de su benefactor, quién recurrió a un zorro como árbitro, quién sagazmente solicitó la reconstrucción de los hechos… tornó la serpiente a la cueva encerrada con la enorme piedra… le dijo al pastor… continúe su camino.  

Una vez que se quito la piedra (terrorismo)
¿Quiénes son los dioses enemigos?
Su amigo
Dr. Pablo Albán


 EL PERÚ QUE DEJÓ LA DÉCADA DE LOS OCHENTA, EL PERÚ QUE RECIBIÓ ALBERTO FUJIMORI, SEGÚN LA CVR (Comisión de la Verdad y Reconciliación).
Una hiperinflación de 7,000 %, que se inició en el Gobierno de Fernando Belaunde con la desaparición del “Sol” por el “INTI”…
2.2. EL GOBIERNO DEL PARTIDO APRISTA PERUANO (PAP)
Al final de su Gobierno, el Partido aprista, como lo han reconocido sus dirigentes, se batía con varios frentes críticos a la vez, el principal de los cuales era la crisis económica. En ese contexto, según ellos mismos señalan, les fue más difícil aún pretender imponer la autoridad democrática
2.1.4.6. La fase final del gobierno aprista
Para septiembre de 1989, ya la opinión pública pensaba que el gobierno aprista no resolvería el problema de la subversión y que éste iría para peor52
La agudización del conflicto armado interno en el quinquenio aprista se revela mejor con estas cifras: En 1985, el 6.04% de la población nacional y el 7.25% del territorio estaba bajo el régimen de estado de emergencia o de un comando político militar, mientras que en 1990 lo eran el 45.18% de la población y el 29.62% del territorio.54 El Gobierno aprista fracasó en esta lucha. Su cambiante accionar expresa que finalmente no supo romper con la tendencia no sólo a militarizar el conflicto, sino a dejarlo luego fuera del control democrático. Sus intentos de hacer algo distinto, no tuvieron coherencia y fuerza. Es claro que los sectores sociales más afectados por esa estrategia no tenían la capacidad de hacer sentir la magnitud de su maltrato en la escena nacional y que la sociedad urbana, sobre todo sus sectores más influyentes, preferían no involucrarse en un problema tan duro y finalmente lejano aún de sus hogares. Ese contexto, no afecta el juicio crítico de la Comisión sobre las graves responsabilidades éticas y políticas del Gobierno, pues era precisamente su principal obligación defender la vida de sus ciudadanos. Otras implicancias de esta responsabilidad dependen del análisis de casos particulares de violaciones de derechos humanos que son materia de otra sección del Informe.
Su amigo

Dr. Pablo Albán

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