miércoles, 13 de marzo de 2013

"UNA DEMOCRACIA NO DEBE CEDER SU SOBERANÍA A TRIBUNALES INTERNACIONALES"


ENTREVISTA A JUEZ DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE ESTADOS UNIDOS, ANTONIN SCALIA

“SI TE SOMETES A UNA CORTE INTERNACIONAL, YA NO ES TU SOCIEDAD LA QUE  TE GOBIERNA”

Entrevista: Enrique Pasquel, diario “El Comercio”, martes 12/marzo/2013. Pág. A20

En Estados Unidos a los jueces de la Corte Suprema los llaman Justicia. El término demuestra el respeto que le guardan.

-          ¿Por qué cree que el derecho internacional es antidemocrático?
Porque los pueblos solo tienen control sobre las leyes que son aprobadas en sus estados y por los gobernantes que ellos eligen. Una vez que un país se sujeta a un régimen legal internacional sus ciudadanos dejan de tener el control de sus propios destinos. Especialmente cuando se trata de un sistema internacional donde existe un órgano – como una corte – que tiene el poder de crear nueva reglas. Esta es la razón por la que Estados Unidos ha decidido no someterse a la Corte Penal Internacional.



Antonin Scalia, Juez de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.
“Ayer fue mi cumpleaños. Nací en 1936 en Trenton, Nueva Jersey. Estoy casado y tengo nueve hijos. Mi apodo es “Nino”. Me gradué summa cum laude en Georgetown University y estudié leyes en el Harvard Law School. En 1986 fui designado por el presidente Ronald Reagan como miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos. Actualmente soy un integrante con más años en el cargo. Una de las ideas que defiendo es que es una democracia no debe ceder su soberanía a tribunales internacionales”.


-          ¿Usted cree entonces que hay un problema en que existan organismos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos?
Con lo que estoy en desacuerdo es con entregar mi destino a ciudadanos extranjeros. Soy estadounidense y estoy absolutamente dispuesto a ser gobernado por la ley de mi país y a tener que persuadir a mis compatriotas de cambiarla si creo que ella está mal. Pero una vez sometido a una corte internacional ya no es tu sociedad la que te gobierna.

-          ¿Pero acaso cortes como aquella no son mecanismos efectivos para defender los derechos humanos de las personas cuando su propio gobierno no los protege?
Bueno, esas cortes pueden hacer cosas buenas como también pueden hacer cosas malas. Por cada derecho que defienden hay una obligación que imponen a alguien. Y qué derechos y obligaciones deben existir en un país debe decidirlo la sociedad en cuestión.  Yo no quiero que otras personas elijan que derechos deben tener los estadounidenses.

-          ¿Ni siquiera si, como en el caso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se trata de un mecanismo que tiene un record claro de defensa de las libertades individuales frente a gobiernos autoritarios?
No digo que este tipo de cortes no puedan hacer cosas buenas. Un rey también podría hacer cosas buenas. Mussolini hacía que los trenes llegaran a la hora. El hecho de que una institución pueda hacer algunas cosas buenas no significa que su existencia sea una buena idea. Uno se da cuenta de esto el día en que una de estas cortes impone a tu sociedad una obligación que sus miembros no creen que debería tener. La Corte Europea de Derechos Humanos ha abolido la pena de muerte, a pesar de que si el tema se hubiera votado la mayoría de países europeos habría elegido no abolirla. Puedes estar de acuerdo con que hay que eliminar esa pena, pero no puedes decir que la forma en la que la eliminó la Corte Europea fue democrática.

-          ¿Entonces también sería antidemocrático el proceso por el que la Unión Europea intentó aprobar su proyecto de Constitución…
Mira, un pueblo puede elegir un tirano. Eso solo lo convierte en un tirano elegido, pero sigue siendo un tirano. En mi país – y creo que es el caso de la mayoría de naciones – el proceso que se debe seguir para aprobar un tratado es menos complicado que el que se tiene que seguir para aprobar una ley interna. Un tratado tiene que ser aprobarlo el presidente y el Senado, mientras que una ley además la tiene que aprobar la Cámara de Diputados. El tratado es menos democrático. El proyecto de Constitución Europea, además, era un documento enorme que cada país tenía que aprobarlo o rechazarlo en su totalidad. En Estados Unidos, en cambio, las enmiendas de la Constitución que contienen los derechos de las personas fueron aprobadas una por una. Incluso en algunos casos las enmiendas no fueron aprobadas porque el pueblo dijo que no quería tener ciertos derechos. No tuvimos un proceso por el que dijimos “aprueba o desaprueba las diez enmiendas de golpe”.

-          ¿Y qué sucede con los tribunales de arbitraje internacional? ¿No son a veces sus decisiones mejores que las de las cortes nacionales?
Es que no puedes creer que existe algo así como la “justicia perfecta”. Eso es platónico. No existe. Sociedades distintas tienen visiones diferentes sobre muchas cosas. No es posible crear una corte que encuentre “la justicia” porque las personas están en desacuerdo sobre aquello en lo que esta consiste. Y ya que no existe acuerdo, no debería entregársele al grupo de extraños que dirigen dichas cortes el poder de decidir sobre los derechos de los ciudadanos de un país, y por lo menos si crees en la democracia y en que las personas tienen el derecho a decidir sobre sus propias vidas.

SU AMIGO
DR. PABLO ALBAN

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