ENTREVISTA A JUEZ DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE ESTADOS UNIDOS, ANTONIN SCALIA
“SI TE SOMETES A
UNA CORTE INTERNACIONAL, YA NO ES TU SOCIEDAD LA QUE TE GOBIERNA”
Entrevista:
Enrique Pasquel, diario “El Comercio”, martes 12/marzo/2013. Pág. A20
En Estados Unidos
a los jueces de la Corte Suprema los llaman Justicia. El término demuestra el
respeto que le guardan.
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¿Por
qué cree que el derecho internacional es antidemocrático?
Porque los
pueblos solo tienen control sobre las leyes que son aprobadas en sus estados y
por los gobernantes que ellos eligen. Una vez que un país se sujeta a un
régimen legal internacional sus ciudadanos dejan de tener el control de sus
propios destinos. Especialmente cuando se trata de un sistema internacional
donde existe un órgano – como una corte – que tiene el poder de crear nueva
reglas. Esta es la razón por la que Estados Unidos ha decidido no someterse a
la Corte Penal Internacional.
Antonin Scalia,
Juez de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.
“Ayer fue mi
cumpleaños. Nací en 1936 en Trenton, Nueva Jersey. Estoy casado y tengo nueve
hijos. Mi apodo es “Nino”. Me gradué summa cum laude en Georgetown University y
estudié leyes en el Harvard Law School. En 1986 fui designado por el presidente
Ronald Reagan como miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos. Actualmente
soy un integrante con más años en el cargo. Una de las ideas que defiendo es
que es una democracia no debe ceder su soberanía a tribunales internacionales”.
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¿Usted
cree entonces que hay un problema en que existan organismos como la Corte
Interamericana de Derechos Humanos?
Con lo que estoy
en desacuerdo es con entregar mi destino a ciudadanos extranjeros. Soy estadounidense
y estoy absolutamente dispuesto a ser gobernado por la ley de mi país y a tener
que persuadir a mis compatriotas de cambiarla si creo que ella está mal. Pero
una vez sometido a una corte internacional ya no es tu sociedad la que te
gobierna.
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¿Pero
acaso cortes como aquella no son mecanismos efectivos para defender los
derechos humanos de las personas cuando su propio gobierno no los protege?
Bueno, esas
cortes pueden hacer cosas buenas como también pueden hacer cosas malas. Por
cada derecho que defienden hay una obligación que imponen a alguien. Y qué
derechos y obligaciones deben existir en un país debe decidirlo la sociedad en
cuestión. Yo no quiero que otras
personas elijan que derechos deben tener los estadounidenses.
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¿Ni
siquiera si, como en el caso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se
trata de un mecanismo que tiene un record claro de defensa de las libertades
individuales frente a gobiernos autoritarios?
No digo que este
tipo de cortes no puedan hacer cosas buenas. Un rey también podría hacer cosas
buenas. Mussolini hacía que los trenes llegaran a la hora. El hecho de que una
institución pueda hacer algunas cosas buenas no significa que su existencia sea
una buena idea. Uno se da cuenta de esto el día en que una de estas cortes
impone a tu sociedad una obligación que sus miembros no creen que debería
tener. La Corte Europea de Derechos Humanos ha abolido la pena de muerte, a
pesar de que si el tema se hubiera votado la mayoría de países europeos habría
elegido no abolirla. Puedes estar de acuerdo con que hay que eliminar esa pena,
pero no puedes decir que la forma en la que la eliminó la Corte Europea fue
democrática.
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¿Entonces
también sería antidemocrático el proceso por el que la Unión Europea intentó
aprobar su proyecto de Constitución…
Mira, un pueblo
puede elegir un tirano. Eso solo lo convierte en un tirano elegido, pero sigue
siendo un tirano. En mi país – y creo que es el caso de la mayoría de naciones –
el proceso que se debe seguir para aprobar un tratado es menos complicado que
el que se tiene que seguir para aprobar una ley interna. Un tratado tiene que
ser aprobarlo el presidente y el Senado, mientras que una ley además la tiene
que aprobar la Cámara de Diputados. El tratado es menos democrático. El
proyecto de Constitución Europea, además, era un documento enorme que cada país
tenía que aprobarlo o rechazarlo en su totalidad. En Estados Unidos, en cambio,
las enmiendas de la Constitución que contienen los derechos de las personas
fueron aprobadas una por una. Incluso en algunos casos las enmiendas no fueron
aprobadas porque el pueblo dijo que no quería tener ciertos derechos. No tuvimos
un proceso por el que dijimos “aprueba o desaprueba las diez enmiendas de golpe”.
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¿Y
qué sucede con los tribunales de arbitraje internacional? ¿No son a veces sus
decisiones mejores que las de las cortes nacionales?
Es que no puedes
creer que existe algo así como la “justicia perfecta”. Eso es platónico. No
existe. Sociedades distintas tienen visiones diferentes sobre muchas cosas. No
es posible crear una corte que encuentre “la justicia” porque las personas
están en desacuerdo sobre aquello en lo que esta consiste. Y ya que no existe
acuerdo, no debería entregársele al grupo de extraños que dirigen dichas cortes
el poder de decidir sobre los derechos de los ciudadanos de un país, y por lo
menos si crees en la democracia y en que las personas tienen el derecho a decidir
sobre sus propias vidas.
SU AMIGO
DR. PABLO ALBAN
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